No me di cuenta al principio, las portadas de
los libros suelen ser algo secundario, hasta que, ahora leo un rato ahora lo
dejo, me quedé mirando la foto que conforma la de este libro y no pude por
menos de admirar la acertada fotografía que une a Marilyn Monroe, Isak Denisen
y Carson McCullers en un encuentro allá por el año 1959. La carnalidad más
exuberante de la actriz americana, la elegancia marchita de la escritora danesa
y el androginismo de la escritora americana. Lo que es, lo que fue y lo que no
se sabe qué es. Tres edades, tres estados de la mujer que vienen muy bien a
este libro mezcla de autobiografía, historia política y social de la segunda
mitad del siglo XX y narración de crimen y suspense. Estas tres figuras abren
lo que serán los senderos por los que transite el libro. Marilyn Monroe, para
la historia de celos, infidelidades y amistad que a modo de marco va abriendo
los capítulos. Isak Denisen, para lo histórico, lo social, lo político de los
años durante los que transcurre la narración, desde antes de los sesenta hasta
después de los noventa. Carson McCullers, para los momentos poéticos y
creativos, netamente literarios del texto.
Josefa Contijoch de esta manera se fragmenta
en la amiga, la espectadora/participante y la escritora.
Toda una vida, toda su vida, armada con los
mimbres de lo que sentimos, los que entendemos y lo que nos emociona. Y nada es seguro pero mucho es injusto. Desde
su posición de mujer discriminada, que hasta ahora y veremos hasta cuando es
una posición que parece soldada a la mujer, no puede por menos que reflejar una
lucha constante no sólo por afianzarse frente a la vida, algo que comparte con
el hombre, si no por afianzarse frente a la sociedad, algo que le imparte el
hombre.
Muy acertada esta estratificación de una
existencia que convierte la lectura del libro en algo entretenido a pesar de
los hechos narrados, consiguiendo una mezcla equilibrada de hechos,
sentimientos y emociones.
Una pena que la calamitosa, parcial y
sectaria política cultural que tenemos en este mal llamado Estado Español,
tanto en el centro como en las periferias, impida a muchos españoles leer este
libro, mal que le pese a muchos, de ambos bandos, escrito en un idioma español,
el catalán.
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