Alex de la Iglesia, una vez más, no consigue deshacerse del
costumbrismo en sus películas. Costumbrismo son actitudes, frases y gestos que
ya vienen de las películas en las que Paco Martínez Soria hacía de las suyas y
que están bien si su incrustación en la historia no ofrece rebordes pero que si
son como parches, rompen el ritmo y agrian el guión. Algunas intervenciones de
Carmen Machi, por ejemplo. Aunque está estupenda en su rato de gloria.
Alex de la Iglesias con “El bar” ha realizado otra película
de estupenda factura técnica, escena, fotografía, ambientación, interpretación,
me ha gustado ver a Mario Casas dándole
matices de “gran actor” a su personaje, aunque hubiera algunas contradicciones
en su desarrollo, pero Alex de la Iglesia no ha conseguido un guion cerrado, no
sólo por lo pintoresco de los diálogos en algún momento sino también por un
final manido, mil veces visto en las pantallas, y un tanto increíble, en la
peor acepción del término.
Los trozos dramáticos, momento de gloria, ya mencionado de
Carmen Machi, y el ídem de Secun de la Rosa, de lo mejor del film. Después las
escenas de persecuciones y de hombres horribles muy “díadelabestia” y la
intriga y el suspense que crea viene a ser como cuando estás ya muy
acostumbrado al bocata de chorizo y te ponen otro. Los espectadores de cine de
hoy en día ya están muy corridos y no cualquier situación les intriga.
Un guion con más mejunje, la situación da para ello,
insistiendo en cómo sale a flote lo peor de nosotros en cualquier momento hasta
llevarlo al límite o como lo desconocido nos hace elucubrar más allá de lo que
nosotros podíamos llegar a sospechar le hubieran dado a la película más
ambición y quizás unos resultados más artísticos. No sólo con la artesanía vale
cuando de arte se trata.
Si a alguien se le ocurre pensar que Alex de la Iglesia
tiene influencias almodovarianas, sobre todo en los diálogos, le tengo que decir que confunde la parte con
el todo, porque lo que sucede es que en los dos florece “lo español” pero que
al hacerlo tan intensamente en Almodóvar ha terminado apropiándoselo. Pero eso
es patrimonio de todos. Y ese patrimonio de todos está bien en algunos casos
pero en otros es una losa, los guiños algunas veces no tocan, aunque haga mucha
gracia en el exterior. Sobre todo en Francia.
Los grandes thrillers que se han venido haciendo últimamente
marcan lo excelente del cine español,
sin “hostias como panes” a pesar de lo apropiado que podía ser ni nada
que las recuerde.
Y repito, Alex de la Iglesia me parece un gran director de
cine pero….
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