Paradójicamente el hombre será el causante de
la desaparición de unas cuantas especies de nuestro planeta y, a la vez, el que
lo haya contado de la manera más hermosa. En esta película se narra la
desaparición de una de ellas.
El duro rostro, y su indiscutible capacidad interpretativa,
de Williem Dafoe junto con las salvajes imágenes de la naturaleza que esta
cinta nos brinda sirven para encuadrar esta historia apocalíptica en la que se
narran las vicisitudes de un solitario cazador al que le encargan la captura de
un animal, parece que el último de su especie, que dispone de unas toxinas para
adormecer a sus víctimas y que una diabólica empresa farmacéutica, que las hay,
quiere tener para….hacer negocio, como siempre. En esta línea parece que ahora
son los burros los que están en peligro debido a la voracidad china por algún
producto que sólo existe en su organismo. Es un no parar.
Volviendo a la peli, entre medias de la historia
principal, las intrigas de los conservacionistas forestales frente a los
locales que viven de la explotación del bosque y una familia que sobrevive tras
la desaparición del cabeza de familia, a la que pertenecen dos niños que dan la
réplica perfecta a la soledad del implacable cazador. La buena interpretación
de los dos jóvenes protagonistas es la responsable de buena parte de la carga emocional de la historia. Sam Neill
y Frances O’Connor cumplen con solvencia su papel de secundarios de lujo.
La escena, un tanto absurda, de unos
altavoces en un lugar en que sus días estarían contados y una escena final que
podía haber sido más contenida se contrarrestan con la acertada escena del
arreglo del alternador y la consecuente confusión de la esposa abandonada y la
del animal atrapado, rendido, que hace vacilar al cazador.
Una película que se ve con interés sobre como
unos, los más débiles, deben morir para que otros, los más fuertes, sobrevivan.
En esta película se trata de una especie, en otras, de miembros de nuestra
propia especie. Así va el asunto.
Algún día, ¿de aquí a cien o doscientos años?,
alguien echándole un vistazo al panorama desértico, un erial infinito, que tenga
delante, se preguntará cómo pudo pasar que teniendo lo que teníamos hayamos llegado
a esto. Una pregunta que ya hace mucho tiempo se hace cada vez más gente. Se ve
que es todo lo que podemos hacer, preguntarnos.
Con la esperanza, quizás, de que algún día
hagamos algo más. Sobre todo los que tiene el poder de cambiar la deriva. En
fin, la película no sobra.
Por cierto la traducción en castellano como "El ultimo cazador" es simplemente una traducción que no tiene ningún sentido, pero ninguno. Pura ineptitud.
Por cierto la traducción en castellano como "El ultimo cazador" es simplemente una traducción que no tiene ningún sentido, pero ninguno. Pura ineptitud.
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