Si se ha leído la poesía de John Ashbery y
uno se encuentra en una librería de viejo de Badajoz un ejemplar de una obra en
prosa de dicho autor hay que tener la voluntad de un Dios para no comprarla. Y
si además por un euro te dan dos libros más pues que decir…
Pues que no ha merecido la pena y ha sido una
compra inútil, si no es que piensas que descubrir que un poeta excelente es un
prosista mediocre tenga alguna utilidad.
“A nest of ninnies” que yo hubiera traducido
por “Nido de simplones” más que “Nido de bobos”, pues “bobo” en castellano
tiene varias acepciones y algunas no coinciden con las características de los
personajes del libro, es una historia intrascendente, con alguna ingeniosidad,
ocurrencia, que recuerda a algunos autores. Lo que pone más en evidencia sus
carencias.
Recuerdan estos personajes a los frívolos de
Oscar Wilde pero ni de lejos son parecidos a esos maravillosos personajes
cínicos, irónicos, de mala baba y por descontado aún más lejos de los diálogos
infinitamente inteligentes de Wilde.
Recuerda esta historia a las de Henry James
pero ni de lejos el entramado argumental se asemeja a las laberínticas
narraciones de James, sus reflexiones, sus descripciones y ese mágico punto de
vista.
Este libro recuerda a los cuadros más
intrascendentes y bonitos de David Hockney. No se sabe muy bien para qué
sirven.
¿Cómo el hombre que ha escrito,
……No
hay recompensas
en este
mundo por haberse meado la vida, aún
si
implica llegar a ver icebergs olvidados
de hace
décadas separándose de la masa
para
nadar bajo la superficie, levantando
una
montaña de vidrio desbordante antes de abalanzarse erectos
para
empezar el viaje peligroso desconocido hacia el horizonte desolado..
puede entregarse a este ejercicio de
inutilidad?
¿Intentaba probar algo?
Quizás que todos vemos la misma vida, a la
misma gente haciendo las mismas repetitivas e intrascendentes cosas, que todos somos bobos enfrascándonos en
empresas impuestas, que en fin, la realidad es esa… Y que por eso él se hizo
poeta. Porque ya puestos a inventar, ¿Qué mejor que la poesía, dónde no hay más
límite que la imaginación y la sensibilidad de cada uno?
No sé.
Lo que sí sé es que es mucho más interesante
leer lo que Ashbery siente que lo que Ashbery nos cuenta que ve. Muchísimo más.
Sólo como penitencia entiendo este libro.
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