Gay Talese es un periodista norteamericano
dedicado al periodismo de largo aliento, en el que se impone la historia a la
noticia. No he leído nada de él más que este libro y tampoco tenía noticia de
él hasta ahora. Compré el volumen porque una vez cazado por el título y ojeando
la biografía en las primeras páginas y el comentario de la contracubierta,
viendo los premios y los elogios, incluido el que había sido inspirador de la
serie Los Soprano, terminé por decidir que posiblemente merecería la pena
echarle un vistazo.
Por lo leído parece ser que éste es su libro
más misceláneo en cuanto a temática pues no se detiene en una historia en
particular como no sea la de su obsesión por perseguir vidas de seres humanos.
Lo que se evidencia en estas seiscientas
páginas es su esencia periodística que no le permite expresar una opinión
personal de ningún tipo sobre aquello
que está narrando, sólo comunica datos y más datos, describe escenarios,
plantea hechos, persigue a personajes, busca en los recovecos de sus biografías
y nos muestra lo que encuentra.
Desfilan por este libro la historia de un
edificio de Nueva York que ha alojado a más de una decena de restaurantes,
todos fracasados. Gay nos cuenta la vida de los emprendedores que una vez y
otra intentan acabar con el maleficio que parece pesar sobre ese inmueble, de
los trabajadores, camareros, maîtres, jefes de cocina. Habla con ellos, se
interesa por su aventura vital, datos y más datos, sin dejar translucir ni una
sensación ni una emoción por aquello que está narrando.
Están presentes los hechos racistas acaecidos
en la ciudad de Selma (Alabama) en 1965. Otra vez sus protagonistas copan la
historia. Aprovecha para informar sobre el sistema americano de educación en lo
tocante a la integración de blancos y negros y los resultados.
Habla de la emigración italiana hacia EEUU de
la que el mismo es resultado porque es descendiente de italianos y en busca más
de la historia que de sus raíces viaja al pueblo de origen de su padre y conoce
a sus familiares estando de soldado en Europa.
Caben en el libro los cotilleos y entresijos
de The Times, incluidas las andanzas de una compañera y toda la genealogía
familiar que rodea a dicho periódico.
Se interesa por el “asunto Bobbit” en el que
una esposa ecuatoriana agraviada decide cortarle el pene a su marido. Viaja
hasta el lugar de los hechos, se entrevista con abogados, protagonistas,
médicos, vecinos. De casi todos da un perfil objetivo y se engolfa a veces en
matices secundarios pero que sin embargo le dan solidez a la historia. Sin
abandonar y volviendo al asunto una y otra vez aunque hayan pasado años.
Lee que una deportista china falla un penalti
en una final de futbol frente a EEUU y rápidamente ve una historia en la que
entrecruza la vida de la deportista con el estado de la sociedad china y sus
relaciones con la propia EEUU y no duda en viajar a China y pasarse cinco meses
persiguiendo vidas y terminando por contarnos la historia de la casa, propiedad
de la familia, en la que vive la madre y la abuela de la deportista que
confiscada por el gobierno chino se ha convertido en una vivienda comunal en la
que junto a los propietarios viven los que llaman “vecinos” y que no son otra
cosa que las familias que el gobierno comunista chino ha decidido alojar con
ellos.
Un libro fascinante que no desmerecería en
una clase de historia, ni en una de sociología, ni en una de cocina, ni en una
de vida, ni por supuesto en una de periodismo. De periodismo con mayúsculas.
En este libro de Gay Talese, como dice una
famosa periodista española, estos son los hechos. él los cuenta y nosotros
sacaremos nuestra opinión.
Una cosa tengo que reprocharle a Mr. Talese.
Que si antes ya me era difícil aguantar a los Indas y Maruhendas del mundo
periodístico de este país, ahora se me va a hacer imposible.
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