Parece clara la intención de Spike Lee en ésta, como en
todas sus películas, de plantear una situación degradante en la que un país
lleno de postureo, aún hoy en día, es racista y maltrata tanto a minorías como
a no tan minorías debido a su raza y procedencia. Vale. El mundo de los negros
es el universo de este director. El fue el primero que construyó en el cine una
óptica negra para narrar la vida de los negros en USA. Vale. Algunas veces sin casi blancos y algunas
veces sin casi racismo. Vale. A partir de ahí las películas y series de negros
menudearon.
Pero si eso es lo que busca en este film la forma de hacerlo
no funciona.
Uno llega a las imágenes finales de la historia y se
encuentra descolocado. ¿Esto iba en serio? Ya lo sospechaba uno. Viendo al KKK
y ciertos comportamientos. Pero el hecho es que durante toda la proyección
Spike Lee ha estado haciendo otra cosa.
Con un guión irregular, de dialogos algunas veces
descabalgados, caricaturescos, para unos personajes que no cuajan, ninguno, más
propios de Eddy Murphy y compañía, el director nos lleva por una historia que
uno imagina tremenda pero que el banaliza y en la que comete errores como
“nazificar” a los blancos. Me explico. En esta película los blancos son tan
tontos, tan pueriles, tan malos, tan locos, tan borrachos como en muchas
películas “fast food” han sido y seguirán siéndolo, me imagino, los rusos, los
alemanes o los pieles rojas. O en algunas españolas del franquismo, los rojos.
La única blanca con papel preponderante en la peli, es
retrasada mental y gorda. El jefe del KKK es un engreído, fatuo, no ya
caricaturesco sino intencionadamente repulsivo.
O sea que al final uno llega al trozo “documental” del film
y no siente nada. Un poco la sensación que uno tiene cuando oye en un noticiero
que han muerto unos cuantos emigrantes en el Mediterráneo y a continuación el
locutor o locutora te dice que te compre determinada marca de automóvil porque
vas a ligar más. ¿Acualo?
Si lo que Spike Lee quería era hacer una crítica sobre el
racismo imperante en los USA, casi no lo consigue.
Si lo quiere es vengarse de los blancos racistas,
ridiculizándolos, casi tampoco. Porque son unos blancos increíbles. Los blancos
racistas hoy en día están en la Casa Blanca. Y no tiene un pelo de tonto.
Una película tonta e intrascendente. A pesar del tema.
Repito, la intención no he sido capaz de verla.
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