¿Cuántas películas sobre sectas se han
rodado? ¿Cuántas sobre un grupo de estudiantes que salen de su zona de confort,
a pasar un fin de semana, unas vacaciones, para descansar, hacer turismo, o a
hacer un viaje de investigación y se encuentran con unos malvados, unos
fanáticos, un tarado que terminan por hacerlos picadillo, darles el susto de su
vida o dejarlos traumatizados para siempre?
¿Cuántas?¿Decenas? ¿Centenas?
Pues ésta es una más. Del montón, además.
Mediocre. Mala. Sin originalidad ninguna, puro pastiche, de aquí y de allí,
solsticio de verano incluido, que manda narices.
Con malas interpretaciones, cierto
preciosismo aburrido y un colorido del paisaje y atuendos que en su relevancia,
pone en evidencia las carencias.
A esto hay que añadir graves deficiencias en
el guión con mucho efectismo barato, de sobras visto y conocido por los
espectadores.
Y para guinda de este collage, un prefacio o
prologo que no tiene nada que ver con el desarrollo posterior del argumento y
que es de toda la película lo más manido y requetevisto en cine de miedo.
Digo de miedo porque parece que así está
catalogada.
Me dijo el taquillero al comprar la entrada,
-¿Seguro que quiere entrar?
Por un momento me ilusione. Además era para
mayores de 18 años. De risa.
No vayan a verla. Revisen “La semilla del
diablo”, o la primera “Noche de Halloween”, la de John Carpenter. O si les
gusta la sangre, las tripas y los estudiantes aterrorizados, vean “La matanza
de Texas”.
En estas películas esta toda esta película.
Menos que transcurre en Suecia y que se lo
crean ustedes o no, no sé si en el original o por culpa del doblaje, aparece
aquello de que “las suecas están buenísimas”. Lo juro. Me mondo.
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