Hay dos cosas que siempre me ha sido muy difícil soportar de
las películas de Almodóvar: La decidida vocación egocéntrica que las alimenta,
y fruto de ella, supongo, la sobreexposición de sus historias. Por eso, de sus
películas, me gustan más entre menos de él tengan o menos explicitado esté. Algo
que le cuesta. Supongo que tiene que ver con cómo es este director y que no
puede hacer otra cosa. Algo muy respetable, por lo honesto, pero que no tiene
porque agradar. Lo honesto sólo es honesto. Y el cine es mucho más.
No voy a ver todas sus películas, me aburro, pero esta me
apetecía verla por un detalle: había visto a Antonio Banderas en el tráiler y
lo que vi me sorprendió.
Este actor es fundamentalmente un actor de carácter, que
cuando interpreta tiende a ser, o blanco o negro. El matiz no es lo suyo. Pero
creo que, viendo esta interpretación, he estado equivocado todo este tiempo.
Antonio Banderas sí que puede matizar pero hasta ahora no había encontrado el
método.
¿Y cuál es el método, según yo?
Tener a la persona a la que va a interpretar al alcance de
su mirada o conocerlo. En carne viva. Eso, o puede que con la vejez, le haya
llegado como a los buenos vinos, las
cualidades que hasta ese momento no había tenido.
Sea como sea, Banderas hace una interpretación sobresaliente
del “alter ego” de Almodóvar. Y es lo
único que me ha parecido reseñable en este film. Lo demás es más Almodóvar.
A mi hija pequeña le encantan los decorados saturados
de este cineasta, a mi me agobian y no
me dejan espacio para entrar en la historia. Su artificiosidad, los colores
puros, intensos. La teatralidad de los personajes… la escena de las mujeres
lavando la ropa en el río y cantando, con el niño zascandileando por allí, es
directamente de cromo. Y a mí ese cine me parece cine en todo momento. Y para
eso voy al teatro.
Seguramente Antonio Banderas en este papel habrá tenido toda
la libertad del mundo. Al interpretar a Pedro Almodovar y hacerlo tan bien, a este
le habrá parecido cojonudo. Dos “pedroalmodóvar” en vez de uno. ¡Con lo que
Bergman llegó a hablar de él en sus películas y lo poco que se le notaba!
Indudablemente Pedro Almodóvar es un director muy personal
que dejará su impronta en el cine español, y con más razón en el cine en
general, por lo pintoresco, pero a mí no me acaba de gustar.
¡Qué le vamos a hacer!
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