Correcto y equilibrado documental sobre el
nacimiento de Podemos éste que ha realizado León de Aranoa, aunque un tanto
epidérmico y falto de conexión con el entorno.
Uno de los aciertos del documental, a la
chita callando, es el dibujo perfecto de la tarea a la que preferentemente se
dedican sus dirigentes, lo que trae como consecuencia que también podamos
vislumbrar las insuficiencias de cada uno.
Este partido aparece como un tridente que, surgido
del descontento general de la población que se decantó en las plazas españolas
el 15M, ha acometido contra cuarenta años de complacencia política mientras la
hiedra de la corrupción y el amiguismo se nos comía, con el resultado que todos
conocemos.
Este tridente está compuesto por la empatía
de Pablo Iglesias, las facultades asombrosas de analista político y estratega
de Iñigo Errejón y el espíritu o alma reivindicativa y revolucionaria de Juan
Carlos Monedero. Eso no quiere decir que cada uno de ellos no goce de las otras
“puntas”, pero claramente están especializados en lo que están.
Esto tiene unas problemáticas claras cuando
el tridente tiene tres mangos que no están suficientemente trabados en algunos
momentos. Lo que tiene como consecuencia que a veces pinchen mal y otras ni
pinchen. Pinchar de hacer pupa. Y otras pinchen a tope, de pinchar de rueda de
bicicleta.
Iñigo Errejón asombra por lo clara que tiene
las cosas y sorprende que diseccione los movimientos a realizar como si estuviese
hablando de robots o engendros humanoides de reacciones previsibles, cuando se
trata de todo lo contrario. El ser humano es lo más volátil, imprevisible y
veleta que uno pueda imaginarse. Manipular con cuidado. Ahora, después del 26J
se habrá dado cuenta. Espero que con unos cuantos años más, y sus capacidades,
aprenda sobre la naturaleza humana lo que ya sabe sobre estrategia e historia
política.
Pablo Iglesias disfruta de la facultad de
empatizar hasta con las piedras, lo que le da una confianza que a veces le
pierde. Ha cometido errores de calado precisamente por no escuchar o porque
desde los círculos próximos, nunca mejor dicho, no se le ha apuntado. Es el
motor del partido, el corazón, pero debería prestar más oído a lo que le llega
de lejos. No creo que sea ni soberbio ni petulante, pero la claridad de la
situación le hace pisar firme donde otros trastabillan. No tener en cuenta en
toda su magnitud el millón de votos que suponía IU en vez de valorar que tenía sólo
dos diputados, en el 26J, posiblemente haya costado el “Sorpasso”.
Juan Carlos Monedero, de más edad, y con
cierto desencanto a cuestas, de hecho dio un paso al lado en cuanto peligró el
proyecto, casi tiene claro lo que va a pasar en el futuro con el partido pero
la esperanza del romántico, que se muere exaltado, le anima a seguir insuflando
alma a un proyecto que va sufrir los embates de la realidad cada vez con más
intensidad. Eso le honra.
Veremos qué pasa.
Una aventura apasionante la narrada en este
documental, a la que le ha faltado más trastienda, más entorno, más calle, más
de lo que ha supuesto para los otros partidos, pero que sirve más que para
manual de instrucciones, para archivar y dentro de unos cincuenta años, cuando
se le enseñe a alguien, poder decirle:
- Mira, aquí empezó toda la trasformación del
país del que ahora disfrutamos.
O,
-Mira, esta fue la segunda oportunidad que
perdimos de cambiar el país, tras la de los ochenta del PSOE.
Repito, veremos.
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