Yo no pensaba ir a ver esta película. No sé por qué pero me
olía el asunto. Gravity 2. Pero me tope con una crítica en la que se hablaba de
“marcianidad”, humor y acababa la cosa, diciendo este buen crítico: No se la
pierdan, se lo pasaran en grande. Se trata de un crítico al que había visto por
ahí en algún artículo pero al que no había seguido especialmente. Después de
esta experiencia le he puesto en una lista que tengo, que lleva por nombre:
“Críticos a los que no hacer ni puto caso”.
La crítica de esta película podía aceptar alguno de estos
comienzos.
Uno.
¿De verdad? O sea, ¿Hay productoras de cine que están dispuestas
a gastarse un buen montón de dinero para hacer otra película de esas, banal,
intrascendente, innecesaria? ¿De esas que se pueden calificar de “mucho ruido y
pocas nueces”?. Pues sí. Se ve que sí.
Dos.
¿A los americanos no les avergonzará nunca eso de darse
jabón constantemente? ¿No están hartos de lamerse? Una cosa hay que agradecer:
Esta vez no han colocado a los rusos o a los alemanes, lo típico, en el papel de
malos y puestos a ser generosos, han dejado que los chinos sean buenos y
solidarios. Algo traman, los americanos digo, no los chinos, que casi ni
parecían chinos.
Tres.
Sólo y sólo si: No tienen nada que hacer, un paseo por el
campo no les apetece, una cerveza con los amigos tampoco, un buen libro ni
pensarlo, tienen falta de electricidad en casa y ninguno de los artilugios de
entretenimiento les funciona, tienen el frigorífico vacio y la cama también,
aburrirse les es insoportable y suicidarse no entra dentro de sus planes hagan
lo posible por no encontrar ocho euros…pero si aún así los encuentran… vayan a
ver la película… pero sólo y sólo si pasa eso. No es que sea mala, que no lo
es. Es que simplemente no hay ninguna razón para ir a verla.
Y mostrados los posibles comienzos de la reseña, después ya
se continúa con una mínima argumentación por eso de que a uno no lo califiquen
de talibán.
Hay en toda actividad un afán de negocio. De ganar dinero,
vamos. Pero en ese afán hay niveles. Negocios que no contemplan otra finalidad
que ganar cuanto más dinero mejor, sin importar víctimas. Y negocios donde uno
quiere mantener una mínima decencia y ofrecer como fruto de su trabajo algo
mínimamente decente. Estoy hablando, claro está, sin salirse de la legalidad.
O sea, hago salchichas con apariencia de salchichas, me
monto una buena campaña y a vender. O hago salchichas que tengan carne, hago
una buena campaña y espero que además el boca a boca impulse mi negocio.
Pues en el cine igual. Aunque se sigue oyendo aquello de que
es el séptimo arte.
Marte es el clásico producto americano con buenos actores,
que los tiene y lo demuestran. Con un buen director, imperecedero diría yo por
culpa de Blade Runner y Allien. Con un guión que salvo cebarse con la música
disco se muestra correcto. Y….y….y ya está.
Y ya no sé qué más decir. Es que de verdad, no había ninguna
necesidad de hacer este film.
Bueno, necesidad artística, digo. Porque de otras sí que
hay. Ha dado trabajo a un montón de profesionales del cine. Y le va a procurar
un buen montón de dólares a la empresa cárnica que se ha encargado de que
algunos comerciales digan que esta salchicha no hay que perdérsela. Que se
disfrutara en grande. Amén.
PD: Yo una vez vi una película del Oeste, de esas que se
rodaban en Almería, malas de la muerte, que en una panorámica en la que se
veían en un plano largo a los jinetes cabalgando en dirección al rancho, se
colaba, al fondo, en una carretera que rodeaba la montaña del fondo, un turismo
que aquel día viajó en el tiempo. Me reí un montón. Pues en esta película con
algunas escenas, lo mismo. No las cuento, porque se creerían que les miento.
Bueno, daré una pista sin llegar al espoiler: ¿A que no sabían que en la NASA
eso del plástico y el tesafilm también está a la orden del día? Ja, Ja, Ja, Ja,
Ja……estos guionistas.
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