Sólo cuando entré en el juego que Haneke
plantea con este film empecé a disfrutar de él. Hasta ese momento me estaba
pareciendo un film desagradable, repulsivo y seguía viéndolo a fuerza de
voluntad. Porque la rabia me estaba resultando incontrolable.
¿Y en qué consiste el juego del director en
esta película? Pues en vapulear al espectador. En no dejar en ningún momento
que se relaje y tenga una proyección tranquila. El cine de Michael Haneke no es
light, siempre escarba en los más profundo y espantoso del ser humano.
Esto convierte la visión de la historia en una experiencia
de una incomodidad muy perturbadora, insoportable. Pero si dejas de oponerte y
te dejas llevar entonces es como un guiño y ese guiño te amansa y ya puedes ver
la película hasta el final, admirando la perversidad y lo demoniaco de la
intención de Haneke.
¿Cuando me sucedió eso?, pues casi al final, sí, sufrí de lo
lindo, cuando tranquilamente ante un hecho que no te parece nada conveniente,
uno de los psicópatas, que ya ha coqueteado con el espectador varias veces,
toma las riendas de la narración, literalmente, y la lleva por donde tiene que
ir.
Una genial artimaña que a mí me sirvió para empezar a danzar
al ritmo de Haneke pero que él utiliza impertinentemente para decir: Mirad si
voy sobrado que incluso diciendo a voz en grito que esto es una película os he
metido el miedo, el horror y el asco en vena.
Porque ésta es una película técnicamente irreprochable, el
psicópata que lleva el mando está insuperable en su interpretación, las
artimañas del guion son espeluznantes y el ritmo impuesto por el director una
absoluta muestra de sadismo hacia el espectador. El pobre espectador que una
cosa saca en claro: Ver una película en que el horror, el asco, la repulsión y
las ganas de venganza que pueda sentir supere al que esta película propicia le va
a costar.
He visto cientos de films, muchos de psicópatas, de miedo,
de horror, pero que estén a la altura de éste, ninguno. Una obra maestra. A
pesar de lo terrible de la historia.
Espero que hasta que pase un tiempo nadie llame a mi puerta
pidiendo unos huevos, cuatro exactamente.
El remake americano, no le veo la razón.
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