Esta película se proyectó en España bajo el
título “La Alta Sociedad”, cuando su título era el nombre de uno de los
personajes principales. Si el director hubiera querido que se titulase “la alta
sociedad” la hubiera intitulado “La Haute Societé”, pero no, la tituló de otra
manera. Pues en España pasando. En fin.
Algunas películas se están convirtiendo en
propuestas artísticas en la que lo que menos importa son las normas o reglas
estéticas, argumentales al uso del cine o por lo menos tienen un papel
secundario.
El director busca una creación personal, lo
más personal posible, en la que lo que prima es la satisfacción creativa de la
artista. En la que se busca no ser nada complaciente con el espectador, en la
que se plantean juegos de adivinanzas, extrañezas varias, se manifiestan
influencias nada enmascaradas de otros directores, invitando al que contempla
la historia a disfrutar de otros sabores además del esperado. Como en platos
tradicionales en los que el cocinero introduce ingredientes inesperados,
sabores asonantes, y en los que la estética juega un papel muy importante.
En este film se narra la historia de amor
entre dos jóvenes pertenecientes a clases sociales diferentes y sucede al lado
de la desembocadura de un río. Una historia que discurre paralela con la
extraña desaparición de turistas.
Si les digo que hay incestos, transexualismo,
canibalismo y les añado que hay una cierta estética impresionista en la
fotografía, que hay referencias al mundo pictórico de Chagall y que un par de
policías son el gordo y el flaco, además de ofrecer todos los personajes unos
comportamientos grotescos (Amelie y su estética al canto), tendrán ustedes los
ingredientes de un plato que no se imaginan como puede saber.
Olvídense del guión, de las interpretaciones,
fotografía como se olvidan del sabor dulce, amargo, agrio, salado en la nueva
cocina.
Vayan a este cine con el mismo espíritu que
van a un menú degustación. No se emocionaran ni se divertirán y desde luego no
se aburrirán en ningún momento, la película no da tregua.
Se reirán pero no es una comedia y habrá
escenas trágicas y casi “gores” pero no es una tragedia.
Un universo absurdo contado como si fuese
neorrealismo o algo así. Merece mucho la pena verla.
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