Como
voy a hablar de Jeff Koons y más que de su obra, de la actitud que ante su obra
se ha adoptado he puesto unas fotos de sus más celebradas creaciones para saber
de qué hablamos…..por si hay alguien que no está al tanto.
Hay
políticos, y por supuesto la correspondiente
corriente social seguidista, que aseguran que ya no tiene sentido hablar
de izquierdas y derechas, que son conceptos sobrepasados. Y yo pienso si no se
habrá llegado a esa opinión por pereza o por ignorancia. En cualquier de los
dos casos lo que sí que hay es falta de elementos de juicio. Porque izquierdas
y derechas ha habido toda la vida, aunque los conceptos aparecieran más tarde.
Como ha pasado con la música, que apareció antes que el pentagrama.
Estos
días, a raíz de la exposición que de su
obra se está haciendo en el Museo Guggenheim de Bilbao se está hablando y
escribiendo mucho de Jeff Koons.
He
puesto esta mañana un tuit,
@MiguelARAlfagem
Estoy leyendo estos días artículos sobre Jeff Koons y, claro, llevan
fotos de sus obras...Parecen artículos escritos por Marx, Groucho Marx.
Y es que uno encuentra
que se escribe sobre este artista de todo, cosas muy sesudas que hablan de
vanguardia del arte, de rompimiento de formas, de reflejo de la banalidad…de
todo, en plan gran creador y artista. No todos se atreven a llamarlo escultor. Y
al lado para ilustrar las reflexiones, fotos de las obras de este artista. Y
claro, me he acordado de Groucho Marx y su filosofía salvajemente sincera que
le llevaba por un lado a metérnosla y por el otro a decirnos que iba doblada.
He dicho que me ha recordado, no que fuese el caso.
Porque
lamentablemente estos escritos sobre Jeff Koons respiran la misma
intrascendencia y banalidad que sus obras y lo que es peor, aparentan otra
cosa. Algo que gracias a Dios no le pasa a las creaciones de este artista. Que
son lo que son, puro articulo de bisutería, de feria o de vaya usted a saber de
qué clase de mercado “artístico”.
Es desde luego
un tipo que le tiene muy bien cogida la medida
a esta sociedad frívola, ignorante y mercantilista.
Pero como están
haciendo una monográfica de él en el Guggenheim pues nada, a inventar teorías
sobre lo que hace.
Y es que no se
repara ya en que los museos han pasado de ser escaparates de lo excelente a
simplemente escaparates….de lo que sea. Uno va
a ver el “Thyssen” con la misma intención que el “Reina Sofía” y no es
eso. Uno puede ir a comer un plato ya probado mil veces y que le encanta o puede ir a probar un nuevo plato que puede
ser un fiasco y que hasta te puede dar cagalera.
Este es un
reciclaje de los museos que yo entiendo pero que muchos no han consignado, y de
forma irreflexiva le otorgan a cualquier cosa que se exponga en ellos un valor “a
priori” que lleva a críticas como las
que estamos leyendo estos días sobre la obra de este hombre.
Y aquí sí que
creo que no se está cumpliendo el guión de lo que debe ser un crítico,
comentarista, reseñador o lo que sea de una obra artística.
No sé dónde
habrán estudiado todos estos que alaban la obra de Jeff Koons ni qué clase de
conocimientos le habrán insuflado pero yo al leer lo que han escrito y al mirar
las obras de este hombre me pregunto: ¿Qué clase de emoción, sensación,
vértigo, inquietud, admiración, estupefacción les ha transmitido a estos
hacedores del loor estas obras?
¿Qué pensar de
los perritos que este hombre ha tenido el valor de exponer públicamente y
atreverse a decir que había sido él el autor y no un juerguista colocado o un
diabólico niño con ganas de broma?
Lo malo de todo
esto es el daño que se le está haciendo a una parte grande de la población que
interesada en el arte, sin formación o en vías de tenerla, se fía de estas
críticas, de estos juicios y en base a ellos elabora su abanico de gustos y
preferencias. Gente que, seguramente confusa, enmarca dentro del mismo arte a
este hombre y a Henry Moore o Eduardo Chillida. Gente que tildará de arte
moderno a estos ejercicios frívolos de feria de la misma manera que tilda a un
cuadro de Bacon o de Barceló. Y no es lo peor esta confusión y atrofia del
gusto artístico si no el daño que se le hace al desarrollo de una sensibilidad
que se está formando, que busca obras artísticas en las que saciarla y se
obceca en encontrar esa vibración emocional mirando estos perritos o esas
posturas coitales que de él y su esposa reproduce.
Personas que
quizás defraudadas, creyendo que esto es arte, se alejen de él y no se les
vuelva a ocurrir a acercarse a otra exposición artística en su vida.
Siempre ha
habido izquierda y derecha, siempre ha habido arte y paparruchadas, por mucho
que los mediocres con tal de no esforzarse o de admitir su incapacidad quieran
hacernos comulgar con ruedas de mercadotecnia.
Así que si va
al Guggenheim y lo de Jeff Koons le parece una payasada probablemente tenga
usted razón y no es que no esté preparado para el arte como nos quieren hacer
pensar los iluminados que estos días no dicen más que tontería sobre este
hombre tan listo pero tan poco inspirado, sino que simplemente esto no es arte.
Y como muestra
de esta especie de ceremonia de la confusión basta con echarle un vistazo al ABC
cultural del sábado, 13 de Junio. En él hay artículos más o menos acertados, en
páginas seguidas, sobre Louise Bourgeois
y Jeff Koons. Sólo la proximidad es un insulto. Y si leen el artículo de L. Revuelta sobre
este último sabrán lo que querido decir de valorar lo que no vale un duro….por
muy caro que sea y muy rico que haya hecho a su creador.
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