Lo
único que salva a este thriller ambientado en la Rusia de Stalin es el
planteamiento que parece sugerir y que no es otro que siempre hay un paso más
allá a la hora de mostrar la maldad que somos capaces de generar. Si esa era la
intención queda perdonado el maniqueísmo y el trato panfletario que el
estalinismo sufre.
Hay más
de sociedad apocalíptica orwelliana en esta cinta que de lección histórica toda
vez que refleja unos hechos acaecidos realmente y que aunque de indudable
terror y represión todo parecido con la complejidad de los mismos, más o menos
imparcial y metódico, es pura coincidencia.
El
estalinismo es llevado a su grado más extremo para mostrar una sociedad donde
la delación, la traición, la cobardía, el servilismo y el fanatismo son lo
cotidiano y acostumbrado. Una vez sentada esa base y en otra vuelta de tuerca
aparece aún un grado más de maldad: Por sobre ese presente aniquilador de toda
posibilidad de humanidad un asesino en serie parece despertar a los personajes
y evidenciarles el horror en el que viven.
Un
guión desigual en el que tanto el desarrollo de la acción como los personajes
no parecen cuajar en una clara inclinación sobre dónde quieren poner el foco,
si en la historia del psicópata o si en la historia de la Rusia estalinista,
convierten la película en un atisbo de algo que queda a merced de la
interpretación del espectador. Para unos será un film de psicópatas y para
otros uno sobre la horrible y satánica Rusia estalinista.
Ni tan
siquiera el guión es capaz de evidenciar que el niño 44 es el claro motor que
desencadena toda la trama y que obliga al protagonista a poner en duda el
sistema en el que vive y que hasta ese momento ha considerado justo y
¿paradisiaco? Todo lo debe ir cosiendo el espectador pues todo está hilvanado.
Quizás porque había demasiada tela que cortar. O que coser.
A
destacar las conmovedoras escenas finales, las únicas donde la intensidad de lo
que se cuenta se siente.
Y si el
guión no era claro y preciso y la labor de dirección no enmendaba el asunto
pues los actores poco podían hacer, aunque se les ve con más recorrido y
posibilidades. No sé a quién pero a alguien o a varios la película le ha venido
grande. No a la fotografía y el decorado que me ha parecido sobresaliente.
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