Me pregunto: ¿Cada cierto tiempo hay que atropellar a un ciclista para explicar cómo somos? Pues seguramente sí, porque "the times they are changing always". Y las circunstancias .Y nosotros.
"El capital humano" es una película estructurada en un prólogo, tres capítulos basados en puntos de
vista diferentes y una conclusión final que se desarrolla a modo de vidas cruzadas
que se encuentran en nudos que podían ser plazas públicas de encuentros e
intercambios de pareceres, momentos para empatizar y compartir, y que sin
embargo no dejan de ser otra cosa que momentos desoladores en los que cada uno
va a la suya.
Y aunque
al final de la peli se nos explica el porqué del título, ha sido durante el
transcurso de la proyección que el director ha ido desgranando lo intrincado y
complejo del verdadero capital humano, otrora conocido como naturaleza humana,
que por mucho que el dinero intente valorar, esta vez a través de una compañía
de seguros, está muy lejos de poder hacerlo, como se ve al final en la sonrisa
esperanzadora de los pobres amantes y la desoladora infelicidad en la que viven
los pobres ricos. Todos pobres, por una u otra razón. Aunque con tesis.
Personajes
muy bien definidos, casi caricaturescos, que despojados de actitudes
secundarias se quedan en explicaciones casi monotemáticas de lo que viene a ser
la intrincada naturaleza del rey de la creación. Un paseo por la sociedad que
hemos montado y que cual corriente imparable de un río nos va acercando inapelablemente
a un mar que nos absorberá para siempre o a una catarata que dejará lo de absorbernos
en un deseo inalcanzable. En esta película, la ambición, la avaricia, la
vanidad, la molicie y un poco de equilibrio mental dibujan el escenario en el
que unos jóvenes intentan sacar la cabeza y coger algo de aire para poder seguir
creciendo.
La idea
del nudo narrativo es una estupenda idea que al fin y al cabo lleva al
espectador a una sensación muchas veces sentida en la vida de “por aquí ya he
pasado antes”. Buena metáfora.
Las interpretaciones
se acomodan a lo que seguramente exigió el director. Un poco de histrionismo
para el ambicioso y arribista. Seriedad y frialdad para el ejecutivo
implacable. Blanda y meliflua la interpretación de la acomodada esposa. Gris y
resentida la del artista fracasado. Equilibrada y sencilla la de la empelada
pública. Y los jóvenes…. ¡Ay, los jóvenes de hoy, hombres del mañana! ¿Cómo van
a ser otra cosa teniendo en cuenta los ejemplos?
Sólo me
rechino la tesis final. Los ricos son ricos pero lo pasan muy mal y son
infelices, camino de la vejez. Y los pobres son muy pobres pero se quieren. Y
además son jóvenes. ¡Chúpate esa!
Por lo
demás la peli me ha gustado mucho. Muy entretenida.
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